
¿Por qué confinarnos en un gimnasio cuando podemos hacer ejercicio en entornos naturales? Realizar una rutina de entrenamiento no exige obligatoriamente acudir a aparatos y equipos. Por el contrario, cuanto más al natural y ajustado sea a nuestra anatomía, mejor.
Hoy en día, tenemos a nuestro alcance variadas opciones para aprender ejercicios, deportes o actividades para practicar en espacios al aire libre. No solo por escapar de la ciudad, el trabajo o cambiar de ambiente, sino para aprovechar los beneficios del contacto con la naturaleza.
Está demostrado que entrenar unos pocos minutos al día en contacto con el sol y el aire fresco, genera beneficios para la salud física y mental.
No deberíamos tener excusas para practicarlos, aunque vivamos en la ciudad y tengamos que superar inconvenientes como falta de tiempo, inseguridad pública y ausencia de espacios idóneos.
Realmente, un entorno natural o espacio verde no es difícil de encontrar. Puede ser un terreno o zona urbana dotada de vegetación, así como también espejos de agua, canales, fuentes, entre otros.
En cuanto a los más conocidos tenemos el patio de casa, jardines comunitarios, un parque, el campo, incluso existen desarrollos con áreas verdes preparadas para hacer ejercicios y con facilidades de accesibilidad.
Si buscas mejorar tu calidad de vida te invitamos a seguir leyendo este artículo lleno de información sobre cómo lograr hacer ejercicios en entornos naturales y sus beneficios.
¿Cuáles beneficios se obtienen al hacer ejercicio en entornos naturales?
El ejercicio en entornos naturales o áreas verdes puede ser una iniciativa válida para lograr un estilo de vida saludable, que repercute en el bienestar y en otros aspectos sociales del ser humano.
Quizás, uno de los más importantes sea crear un hábito sano que podemos mantener en el tiempo, incluso cuando nos hayamos retirado, la cual permita tener mejor rendimiento futuro para compartir con los nuestros. Veamos.
1. Es para todo el mundo
Para participar en actividades al aire libre no necesitas ser un deportista con una gran condición física. Cualquiera puede iniciar sus rutinas de acuerdo con su rendimiento e ir mejorando de manera escalonada.
Desde los novatos o principiantes hasta los veteranos profesionales encuentran en los espacios verdes oportunidades para compartir el ejercicio y el disfrute.
De manera individual o en grupos del mismo nivel etario, incluso junto con familiares de distintas generaciones. Por ejemplo, es una excusa ideal para compartir entre padres, hijos, abuelos y nietos.
2. Cambio de ambiente
Nos ayuda a romper con la rutina, tener un espacio para esparcirnos distinto a paredes y construcciones. Rodeados de colores naturales, con más holgura y alrededores más motivadores.
En el trabajo y la rutina laboral muchas veces nos abruman la frecuencia y el contacto con pantallas, paredes y espacio reducidos. Para encontrar el equilibrio saludable, nada mejor que escapar hacia esos espacios abiertos donde podemos respirar aire fresco, ver el horizonte, el cielo y mover el cuerpo.
3. Vinculación con la naturaleza
Se dice que los seres humanos mantenemos una profunda conexión interior y emocional con la flora y fauna llamada biofilia. Cuanto más contacto tengamos con la naturaleza más rápido conectamos con ella para comprender sus ciclos y como repercuten en nosotros.
Seguramente, estos encuentros con entornos naturales nos motiven a cultivar un jardín, o tener plantas en el departamento o casa. Estas prácticas también son muy beneficiosas y complementarias en nuestra calidad de vida.
Hasta salir a pasear con la mascota es una actividad perfecta para ejercitar al aire libre. Creando así divertidos momentos que estrechen lazos con tu animalito.
4. Promueve la conservación del ambiente
Una vez que conozcamos y usemos dichos espacios haremos el máximo esfuerzo por conservarlos en estado natural para nuestro disfrute y el de las futuras generaciones.
La conciencia ecológica nace de estos pequeños encuentros con otros seres vivos, bien sea flora o fauna. Aprender a apreciar las plantas y toda la variedad que coexisten a su alrededor, así como reconocer los beneficios que obtenemos de ellas, de igual modo reconforta nuestra integridad humana.
Haciéndonos más conscientes de la importancia de cada uno de los elementos que conforman la naturaleza, estimulando el sentido de pertenencia y proyectando acciones para su conservación.
5. Favorece la integración de las personas
Podemos hacer ejercicios solos o acompañados, formar grupos o sencillamente interactuar con otros. Cualquier tipo de roce, comunicación o actividad que forma grupos facilita la unión, solidaridad y cohesión entre sus participantes.
Bien sea que se trate de un grupo, club, incluso puede ser un conjunto de vecinos que compartan espacios verdes en común. Por ejemplo, formar parte de un equipo de fútbol, béisbol, voleibol; así como también grupos de caminatas, senderismo, yoga o bailoterapia.
Siempre y cuando tengan el mismo objetivo de disfrute para mejorar su salud, condición física y estilo de vida. Tendremos oportunidad de compartir ideas, novedades, horarios, y ¿por qué no?, una gran amistad.
6. Es más divertido
Se ha demostrado que el nivel de endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad son mayores si practicamos ejercicios o algún tipo de deporte al aire libre que en lugares cerrados. Es una forma para compartir alegría, diversión y felicidad al alcance de familiares y amigos.
Al estar de algún modo en la naturaleza, de inmediato notamos una sonrisa en nuestro rostro, pues la sensación de libertad, frescura y renovación invade el ánimo.
Haciéndonos sentir plenitud, satisfacción, agradecimiento y energía positiva que perdura en el tiempo y equilibra nuestra actitud hacia la vida.
7. Mejora el bienestar psicosocial
El bienestar psicosocial es uno de los beneficios que más repercute en las personas que hacen ejercicio al aire libre. Entendido como el progreso positivo y seguridad de la salud mental. Así como también su repercusión en como pensamos, actuamos en relación con nuestro entorno, la familia, la comunidad, entre otros.
En ocasiones, hemos descuidado este aspecto nosotros mismos, debido al ritmo galopante del modo de vivir actual. Por lo tanto, esta es una opción accesible, es decir al alcance de todos, para ayudarnos a mantener el bienestar psicosocial. ¡Aprovéchala!
8. Desarrolla la afinidad hacia el ejercicio
En la medida que practicamos distintas actividades, encontraremos aquella que mejor se ajuste a nuestro rendimiento y gusto, y que coincida con nuestro objetivo y modo de entrenar.
Claro está que, en este sentido, habrá actividades para prácticas individuales y otras que requieren participación deportiva en equipos que generen más atracción o compromiso en ti.
9. Disminuye el estrés y la depresión
Respirar aire puro, activar la musculatura mientras disfrutamos del verde de los árboles y el azul del cielo nos ayuda a bajar los niveles de adrenalina, noradrenalina y cortisol. Mantener bajo este perfil endocrino reduce los efectos dañinos del estrés.
De igual modo, estimula el ánimo, las funciones inmunológicas y hormonales que previenen la depresión.
¿Recuerdas esa sensación de satisfacción cuando terminas de correr o al finalizar una caminata? Esto ocurre gracias al aumento de las endorfinas y neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien.
En la medida que consigamos el hábito de ejercitar en zonas descampadas o verdes, lograremos deslastrar las tensiones e irritabilidad diaria que nos agobian.
10. Aumenta la función física y psicológica
Los efectos causados por el ejercicio al natural, van mucho más allá de nuestro cuerpo. Al mantenernos en movimiento por distintas áreas de esparcimiento al aire libre, estimulamos nuestros reflejos físicos y psicológicos.
Estamos más alertas, y reaccionamos más oportuna y rápidamente, equilibramos nuestras emociones y bienestar.
Estos momentos dedicados al deporte nos desconectan de las presiones psicológicas y emocionales negativas que podemos padecer a diario. Funcionan como una especie de reinicio que nos ayuda a retomar luego nuestras actividades cotidianas con más empuje y claridad.
Además, el estímulo alcanzado a nivel cerebral potencia la conexión entre las células cerebrales o neuronas, ayudándonos a prevenir enfermedades cognitivas o degenerativas, como pérdida de la memoria, ansiedad, entre otros.
11. Estimula el buen humor
Tomar sol ayuda la producción y absorción de vitamina D, nutriente esencial que aviva el buen humor. Mientras que la actividad física produce un efecto fisiológico que permite la liberación de las endorfinas y serotonina.
Acompañado de una buena nutrición, el ejercicio genera estados de calma, alegría y encanto. Despierta el deseo sexual, regula el sueño, los estados de ánimo, incluso el apetito. En especial, en mantener una actitud positiva.
12. Reafirma nuestra autoestima
La autoestima es fundamental para alcanzar el crecimiento personal. Estar en forma, aumenta la confianza en nuestro cuerpo, en la mente y desenvolvimiento. Propiciando estados de ánimo y emocionales óptimos, satisfactorios que equilibran la vida personal.
De inmediato, notamos como influye en la vida personal, profesional y laboral. Porque irradiamos energía positiva, amor por nosotros mismos y muchas ganas de hacer las cosas bien. Mantener la autoestima saludable es prevenir estados de ansiedad y depresión futuros.
13. Aumento de la esperanza de vida
Estudios realizados sobre este tema estiman que la actividad física aumenta la esperanza de vida en hasta 4.5 años. Mantenernos en forma por medio de ejercicios físicos, fortalece en general todo nuestro organismo, ayudando también a mantener un metabolismo equilibrado que favorece a la prolongación de nuestra vida.
Claro que muchos otros factores influyen, pero definitivamente, iniciar con una caminata diaria, es mejor que no hacer nada. El sedentarismo, por el contrario es la causa de muerte del 6% de la población mundial, según cifras de la OMS.
Lograr una vida prolongada debe hacerse para además vivir bien, valga la de redundancia. Es decir, complementando el tiempo con actividades que den gusto, felicidad, como lo es sentirse bien, saludable, habitar un hogar agradable junto a tus seres queridos, amigos y familiares.
14. Disminuye la tasa de mortalidad en adultos mayores
Según estudios, han detectado que hacer los ejercicios en entornos naturales impacta de manera positiva en la reducción de las tasas de mortalidad, más que cualquier otro tipo de actividad.
El envejecimiento es la etapa final en el ciclo de vida, en la cual nuestras células y organismo sufre deterioro y problemas propios de la edad. Ejercitarse previene y reduce los factores de riesgo, enfermedades e incluso el avance de la vejez.
Dado que mantiene activo el aparato motor, mejorando el equilibrio, agilidad y coordinación en los adultos mayores. Así como también estimula el sistema sensorial, los procesos cognitivos, entre otros.
15. Forma cambios positivos en el rendimiento físico
Los efectos del entrenamiento físico se reflejan en mejor equilibrio y coordinación, más fuerza muscular, mejora de la capacidad de orientación. Por supuesto, también colabora con el ejercicio de la memoria y estimula la atención.
Fomenta el aumento de la masa ósea y muscular y disminuye el riesgo de padecer osteoporosis. Regula los niveles de dopamina para así tener mejor frecuencia y control de la presión arterial.
16. Mejora el sueño
Ayuda a prevenir el insomnio y mejorar el sueño nocturno, haciendo que el descanso sea más profundo y completo. Aunque para ello, debemos tomar en cuenta el horario para hacer ejercicio. Lo recomendable es hacerlo unas 4 o 6 horas antes de ir a dormir, de lo contrario, podemos quedar muy activos y no conciliar el sueño.
En todo caso, también puedes finalizar los ejercicios con actividades de meditación y relajación para controlar la frecuencia cardíaca y respiratoria, logrando así un estado calmado y sereno.
17. Colabora con la pérdida de peso
Cualquier entrenamiento que hagamos con el objetivo de perder peso, encontrará en las actividades al aire libre un gran aliado. Ya que estimula la quema de calorías, genera motivación, constancia y el deseo de vernos mejor.
18. Ayuda a cambiar de aire
En especial para quienes viven en grandes ciudades, rodeados de tránsito vehicular, smog y otros ambientes tóxicos; caminar, correr o pasear en bici por un entorno natural ayuda a la oxigenación sanguínea y limpieza de los pulmones.
El oxígeno es nuestro principal combustible. Tanto que es importante saber respirar bien, además de estar en un ambiente limpio o natural. Para lograrlo práctica la respiración diafragmática o abdominal, es decir, activando la parte baja de los pulmones. También te ayudará a recuperar más rápido el aliento.
¿Qué es hacer ejercicio en un entorno natural?
Las actividades o deportes al aire libre han existido desde siempre. Sin embargo, ha permanecido la idea de que los entrenamientos generan mejor resultado en gimnasios con equipos y entrenadores. Esto depende del tipo de persona y el objetivo que tenga con su salud y físico.
Un entorno natural es un espacio en el cual conviven especies de flora y fauna, en un ambiente con poca o nula intervención humana.
Las actividades físicas en el medio natural las realizan cualquier tipo de persona, niños, jóvenes, adultos y adultos de la tercera edad. Con el objetivo de lograr bienestar, mantenerse en forma, divertirse y, además, experimentar emociones y sensaciones al contacto con lo natural.
Entre sus principales ventajas tenemos:
- Es de libre elección, no hay más reglas que nuestro gusto y ganas;
- No están sujetas a horario;
- El practicante o usuario impone su propio ritmo y esfuerzo;
- Las actividades son variadas. Un día caminamos, otros hacemos aeróbicos, mientras luego hacemos yoga o deporte favorito;
- Se hacen más por placer que por esfuerzo;
- Invitan a la aventura, a lo original y cambiante. Lo que no implica correr riesgos, sino a descubrir nuevas emociones y sensaciones;
- No buscan desarrollar cualidades físicas, sino mejorar nuestro estilo de vida mediante el bienestar corporal.
¿Qué actividades puedo realizar en el medio natural?
Todos podemos realizar actividades deportivas o físicas. Aunque el ritmo de la cotidianidad, el trabajo y el entorno social a veces sean barreras a superar. Siempre encontraremos la forma de hacerlo si nos lo proponemos, mucho más si es al aire libre.
Caminar es la principal actividad para hacer ejercicio al aire libre, no requiere entrenamiento previo, mas sí el saber establecer el ritmo que te fortalezca, pero que a la vez te sea cómodo y divertido. Siempre y cuando no pierdas el aliento o el habla mientras caminas está bien.
Igual existen distintos tipos de caminatas según la superficie y la forma de caminar, como lo son el senderismo, la marcha, luego trotar, correr, entre otros.
Seguidamente, podemos escoger según nuestra condición física y experiencia otras actividades para fortalecer, mejorar la flexibilidad y el equilibrio o perder peso.
Por ejemplo, establecer una ruta con estaciones donde hagamos sentadillas, estiramientos, o movimientos gimnásticos para luego caminar o trotar hasta la siguiente estación. Esta alternativa te permite llevar un registro de tiempo y resistencia que te motivará a querer superar cada vez más.
De manera individual o en grupo, se pueden realizar deportes como:
- fútbol;
- béisbol;
- bailo terapia;
- ejercicios aeróbicos;
- artes marciales;
- yoga;
- tai chi;
- carreras de corta y mediana distancia;
- natación;
- ciclismo;
- golf;
- tenis;
- entre otros.
Recomendaciones para hacer ejercicio al aire libre
Para aprovechar al máximo del espacio y la actividad, no pierdas detalle de las siguientes recomendaciones:
- Ubicar un entorno natural cerca de casa. Lo ideal es vivir cerca de un bosque, o con espacios verdes en común, así como a pocas cuadras de un parque con espejos de agua. Donde podamos llegar de manera cómoda y contar con los servicios necesarios. Como por ejemplo en la Zona Metropolitana de Guadalajara que cuenta con parques como el Metropolitano de Guadalajara y el Bosque el Centinela.
- Programar la rutina. Debemos plantearnos un plan, con días, horarios y el lugar donde vamos a acudir. Para no desistir y cumplir cabalmente, en principio establecemos sesiones de 10 minutos, a la cual ir aumentando progresivamente. No olvidemos incluir sesiones de calentamiento y estiramientos antes de empezar la actividad como tal, así reducimos el riesgo de lesiones o complicaciones físicas.
- Hacer ejercicios regularmente. Es decir, alternar ejercicios en casa con los ejercicios al aire libre, así minimizamos la fatiga cuando hagas sesiones más largas.
- Disminuir los momentos sedentarios. Evita estar en la misma postura por mucho tiempo, intercala sesiones de estiramiento en tu rutina diaria.
- Buscar motivación. Hay que establecer objetivos alcanzables, de acuerdo con nuestra capacidad física para no sufrir frustraciones que luego nos desmotiven. Piensa en una actividad o deporte que te resulte agradable y que puedas ir progresando paulatinamente.
- Consultar al médico. Antes de empezar debemos conocer y controlar nuestra condición física, para ello visitar al médico de cabecera o confianza nos dará una visión general de nuestra salud.
- Alimentación. Es importante comer por lo menos dos horas antes de empezar a ejercitarnos, unas raciones ricas en carbohidratos, como frutas, cereales, entre otros. No es recomendable hacer ejercicios en ayunas. Al igual que la hidratación, debemos tomar agua antes, durante y luego del ejercicio.
- Utilizar indumentaria adecuada. Según sea el clima del lugar, debemos escoger ropa deportiva cómoda, tanto zapatillas como accesorios que te protejan del sol, el calor y la humedad.
- Consultar la previsión del clima. Así tendremos una mejor idea de cuando nos conviene más hacer ejercicios, para evitar horas muy calurosas, con mucho frío o de lluvia.
- Participar en eventos deportivos. Según el nivel que hayamos alcanzado, participar en eventos deportivos comunitarios, en clubes u organizaciones, es motivador y fuente de grandes relaciones sociales.
- Concentración y disfrute. La mejor manera de aprovechar el contacto con la naturaleza es dedicándonos exclusivamente a disfrutarlo. Observemos estar de buen ánimo, presentes y contemplando lo que hacemos y nuestro entorno.
- Descansar. Así como programamos el ejercicio, igual debemos respetar el tiempo de descanso, donde y cuánto tiempo nos tomará retomar las fuerzas.
Finalmente, podemos decir que no hablamos de asumir una simple actividad física, sino de un cambio en el estilo de vida que nos beneficia en diversos sentidos, en la salud, lo emocional, espiritual, así como también respecto a quienes nos rodean y acompañan.
Esperamos que este artículo te sea muy útil y motivador para empezar a hacer ejercicio en entornos naturales. Así alcanzar esa conexión con la naturaleza que tanta falta nos hace hoy en día y qué mejorarán tu vida de una forma sorprendente.
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