Comprar un inmueble es un gran proyecto personal. Tener tu espacio propio es una decisión de vida, que debes acompañar con una buena planeación financiera.
Bien sea que busques un espacio para ti y tu familia o sencillamente adquirirla con el objetivo de rentarla, es una tarea en la que no debes cometer fallas. Siguiendo una planeación financiera optimizas mejor tus recursos para hacerte con la alternativa ideal para ti.
En este artículo, te compartiremos buenas prácticas para emprender la planeación financiera que te permitirá comprar un inmueble.
¡Comencemos!
Buenas prácticas para la planeación financiera
Para dar los primeros pasos en la planeación financiera y lograr así tus objetivos económicos, practica los siguientes hábitos:
1. Liquida tus deudas
Previo a establecer una planeación financiera para adquirir el inmueble de tus sueños, es indispensable que te deshagas de cualquier deuda que tengas.
Inicialmente, pon tu atención en las que te produzcan intereses muy altos, por ejemplo las tarjetas de crédito.
Intenta no hacerte con nuevas deudas mientras estás saldando las existentes, esto es evitar a toda costa las compras con financiamiento.
Comprar un auto a crédito es un ejemplo muy relevante para explicar este caso, ya que una adquisición así no solo reduce tu capacidad de ahorro, sino que afecta tu historial crediticio para solicitar nuevo financiamiento.
2. Establece un plan de ahorro
El ahorro es fundamental para iniciar el proyecto de la adquisición de tu inmueble. Probablemente, hayas querido tener una administración sana de tus finanzas, pero lo hayas abandonado por no saber dónde empezar.
No obstante, esto no tiene que ser un quebradero de cabezas y para ello te recomendamos el método 50/30/20. El mismo te ayuda a conocer cuánto puedes destinar a tus ahorros y a los gastos necesarios mensualmente.
Por ejemplo, si te haces una idea de tu presupuesto para el mes, podrás eliminar gastos hormigas que le hacen un gran daño a tu dinero y generar ahorros sólidos.
¿Cómo funciona esta regla?
Pues bien, consiste en dividir tus ingresos en tres categorías de gastos: necesidades, caprichos y ahorro.
Los gastos en necesidades sencillamente son los gastos indispensables para tu existencia: electricidad, gas, renta, alimentación y los seguros. Estos tienen que ser el 50% de tus ingresos.
Por ejemplo, si tu presupuesto mensual es de 30,000 pesos, tendrías que destinar 15,000 pesos para estos gastos. Si ves que los mismos están superando esta cifra, evalúa otras alternativas como podría ser otro proveedor de seguros o ir a un supermercado más económico.
De acuerdo con esta regla, el 30% de tu dinero debe ser para gastos de caprichos. Comprar ropa nueva, ir al gimnasio, programar tus vacaciones, comer en tu restaurante favorito y otros; califican en este grupo.
Continuando con el ejemplo anterior, de los 30,000 pesos tendrías que utilizar 9.000 pesos. Recuerda que seguir esta regla no implica dejar de disfrutar de la vida.
Por último, tenemos el 20% de tu renta, que es el que te ayudará a comprar tu inmueble. Crea un plan financiero que te permita alcanzar este objetivo. Si cobras 30,000 pesos todos los meses, podrás ahorrar 6,000 pesos al mes. ¡En un año tendrás 72,000 pesos en ahorros!
3. Reduce tus gastos
Ahorrar no siempre significa guardar un porcentaje de tu presupuesto, también implica analizar tu consumo y disminuir los gastos imprescindibles.
Los gastos que más daño le hacen a tu ingreso son los famosos “gastos hormiga”. Los mismos hacen referencia a gastos innecesarios que se realizan frecuentemente, porque aparentemente suponen un costo muy reducido, pero que la sumatoria total supone una cifra considerable.
Ciertos gastos hormiga pueden ser: cafés, cenas en restaurantes, cigarrillos, propinas, cervezas en un bar, snacks y más.
Ciertamente, te dijimos en el apartado anterior que podías destinar el 30% de tu ingreso a gastos de caprichos, pero no solo los gastos hormiga deben constituir dicha cifra.
Para reducir estos gastos, tiene que ir prescindiendo poco a poco de ellos. En lugar de comer fuera 4 veces por semana, puedes reducirlo de 1 a 2 veces únicamente.
Esto consiste en identificar qué es lo que más te beneficia a ti y a tu bolsillo. No es necesario descartar todos los pequeños placeres de inmediato, es suficiente con pequeños pasos para no abandonar el objetivo.
4. Compara precios
Existen varios aspectos que debes considerar antes de comparar el precio de las opciones de inmuebles.
En primer lugar, si es un inmueble que pagarás a crédito, el enganche o anticipo no debe superar el 30% del valor de la vivienda. Además, recuerda que al solicitar un crédito al banco, tu historial crediticio debe ser bueno.
Los parámetros de búsqueda más importante son los siguientes:
- Estado del inmueble: ¿deseas una vivienda nueva, usada o en preventa? Considera realizar una lista que tenga en cuenta aspectos como seguridad de la transacción, condiciones físicas del inmueble, tiempo de pago, plusvalía y por supuesto el precio.
- Características: metros cuadrados, habitaciones, baños, sala, comedor, cuarto de servicios, recámara de estudio; todos estos elementos tienes que contemplarlos.
- Ubicación: en caso de que desees un inmueble para ti y tu familia, escoge las zonas aledañas a tu trabajo y a la escuela de tus hijos. También, considera que existan medios de transporte eficientes en la zona. De igual forma, si el inmueble es para rentarlo, debes tener en cuenta que la zona tenga acceso a servicios públicos y esté cerca de los centros de trabajo.
- Visita las propiedades que han hecho clic en tu cabeza: has determinado la ubicación perfecta para ti y tiene las características ideales, es hora de visitarlas para determinar el estado del inmueble y el nuevo vecindario.
Queremos que el inmueble de tus sueños puedas materializarlo, así que contamos con los mejores asesores que te ayudarán a encontrar tu nuevo departamento.
Si deseas conocer más información acerca de comprar un inmueble, te invitamos a leer nuestro artículo: ¿Vale la pena comprar un departamento con un amigo o socio?
